Cancer

No cabe duda de que no nos hallamos ante un carácter muy fácil de entender o de soportar. Si en sus mejores momentos es amable, afable, atento, solícito y comprensivo, también puede ser -y sin razones válidas- malhumorado y caprichoso, cortante e irritable con cualquiera que le hable, llegando a negarse a hablar en absoluto. Unas veces dispuesto a escuchar con simpatía los problemas ajenos y a hacer lo que pueda por ayudar, mientras que otras le será terriblemente difícil escuchar con paciencia cualquier relato doloroso que no sea el suyo.

El canceriano parece, a menudo, duro como una piedra y desde luego, en muchos sentidos lo es; por ejemplo, puede carecer por completo de magnanimidad y machacar eternamente sobre una pequeña injusticia que se le hizo. Además, mientras que enseguida abruma a sus amigos con comentarios irreflexivos y palabras duras, él es hipersensible a la crítica. Pero bajo este exterior duro y, quizá, antipático, se esconde la blanda carne interna. A menudo tímido y temeroso, utiliza una coraza dura como protección, igual que el cangrejo de su signo.

Este es el conflicto canceriano: positivo, amable y acogedor, por un lado; duro, caprichoso, malhumorado por otro. No es sorprendente que tienda a balancearse, como un péndulo, entre los dos extremos. Si el péndulo llega a pararse, será seguramente por la influencia de un hogar y una familia. Amará su hogar y apreciará su matrimonio. El canceriano tiene una vena sentimental; está siempre volviendo a “los buenos tiempos que se fueron” y puede vivir en el pasado con gran facilidad (Mercurio en Cáncer subrayará dicho rasgo). Pero también puede aferrarse al presente: hay más tenacidad en Cáncer que en cualquier otro signo, y si comienza cualquier proyecto, lo concluirá. También perseverará en una relación personal hasta el amargo (o dulce) final.

Los cancerianos se preocupan muchísimo; convierten la preocupación en un arte. Tienden a guardar para ellos sus problemas, rechazando el alivio de contárselos a sus amigos; y la tensión resultante sobrecarga demasiado su sensible sistema digestivo, a veces hasta producirles una úlcera.

Tienen una considerable capacidad imaginativa que, aunque puede agravar su tendencia a la preocupación, también puede aliviarla.

Los elementos positivos del signo también incluyen una excelente memoria; no sólo recuerda su primera infancia, sino hechos, fechas históricas, cualquier cosa. Puede ser también muy intuitivo, y sus intuiciones suelen ser habitualmente correctas. Tiende, sin embargo, a no pensar por sí mismo, sino simplemente recoger las opiniones de los demás, para más tarde soltarlas como originales. Si Cáncer es el signo solar y Mercurio está en Géminis, la situación es algo mejor.